miércoles

Cuesta la vuelta

Volver, como por un tramo denso que transpasa mi cuerpo.
No hay piel que sea barrera en el espeso y pegajoso ducto por el que camino sobre mis pasos.
Profundizando marcas.
Deformándolas con otros calzados.

Te llamé pero no contestaste, suspiré aliviada.
No sabía qué iba a decirte, solo la nostalgia de esas fotos transmutadas en su fin para movilizar otras causas.
Fue mejor, las palabras compartidas toman existencia y condenan el vínculo,
mientras están gritando en mi interior sólo es a mi a quien encadenan.

Algunas primaveras fueron la carta de la última jugada, de la última apuesta.
Sacaste el 7 de espadas y yo, el 3 de copas.
Otoños húmedos y bicentenarios fueron el acta fundante de mi retirada, de la inauguración de mis sostenidas preguntas.

Resplandor.

Necesité volver a sentir tu cuerpo, tus latidos y tu penetrante desafío.
El sonido de las palabras en tu boca tiene el valor mas inquietante.
Descoloca.
Y recurro a mi cuerpo para sentirme Sujeto, para anclarme a este mundo.
Hago pasar por mi boca el cause del regreso, de la vuelta.

Busco experiencias que liberen.
Antes no tenían tanta repercusión o por lo menos eso quiero recordar,
sacarle culpas a los que colaboraron para que levante los muros que separan mi fragmentada sensación dolorosa en el despertar de mis encierros.

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