miércoles

Recuérdenme que soy linda,
recuérdenme que soy inteligente.
Recuérdenme que soy interesante,
Que soy graciosa, amiga, mujer.
Porque en ocasiones le creo al espejo, a veces me aturden los insensatos.
Por momentos, me aburro de mis pensamientos pesimistas,
tardes enteras pienso que no hay nada de qué reír ni sé cómo ironizar la satírica realidad.
Con personas indeseables me agota describir la trascendencia de mi red de amistades

Y por último, recuérdenme lo valioso de este cuerpo, este deseo y este andar, éste género elegido, esta masa de injustificables desprecios y esta belleza enorme al sentirme yo. 
Prefiero parecer tonta, que pienses que no las noto
Y no marcarte tus inconsistencias
así como vos disfrutas refregándome mis incongruencias con tus postulados cual si fueran errores.
Prefiero parecer tonta antes que pelear con miedosas
Claramente, no tengo la labia muy entrenada pero con medio silencio
te puedo hacer temblar
Sabes qué?
A mí, sí sos perra no me ladres, mordeme directamente porque no escarmiento
Mucho menos me olvido las confesiones desconfiguradas
Pero relajá, nada tuyo usaré en favor mío porque de nada tengo que defenderme
Soy eso, una flor de forra
Infumable, intratable e incogible

Pero a vos, te doy mucho miedo. 

martes

Una siesta abrazadas

Dónde está mi despertar cuando no recibe tu saludo 
por esos momentos de tanta lejanía nos cruzamos en un espacio sin presente
ahi estabas, postulandote con mis frases
tan desconocida para mi
bella
secuelas del mal amor nos hirieron y ahora ninguna puede verse sin corazas
ya no existe nada del amor con que nos hablamos
ese miedo que con el que me dijiste tantas cosas sin palabras
esa mirada enjugada de lágrimas que no podían mentirme
ese abrazo que me hizo temblar a mí también con el miedo que me esconde
no supe frenar, no se si aprendí
a veces quisiera, sólo para volver 
no herirte como hicieron otras
ya se, me dirás seguramente que no tengo ese poder
que a vos no te hieren estas cosas
que quién me creo 
qué poder me atribuí
lo sé, tus palabras no me son ajenas
también intentaron herirme
lamentablemente sólo te extraño
no se si a vos, a tu sonrisa, a tu mirada, a tus partes inconclusas
a tu enojo
al mío tan a gusto con vos 
lo se, no hay forma
y si la hubiera estamos demasiado cansadas
demasiado viejas
demasiado heridas
como para surcar una huella dónde se haga posible
que esas confesiones no sean el preludio de un desaire
tal vez, me quedé con ganas de una siesta abrazadas
eso sí, ese fue mi mayor fracaso
no  haberte podido pedir, una siesta abrazadas.