martes

Una siesta abrazadas

Dónde está mi despertar cuando no recibe tu saludo 
por esos momentos de tanta lejanía nos cruzamos en un espacio sin presente
ahi estabas, postulandote con mis frases
tan desconocida para mi
bella
secuelas del mal amor nos hirieron y ahora ninguna puede verse sin corazas
ya no existe nada del amor con que nos hablamos
ese miedo que con el que me dijiste tantas cosas sin palabras
esa mirada enjugada de lágrimas que no podían mentirme
ese abrazo que me hizo temblar a mí también con el miedo que me esconde
no supe frenar, no se si aprendí
a veces quisiera, sólo para volver 
no herirte como hicieron otras
ya se, me dirás seguramente que no tengo ese poder
que a vos no te hieren estas cosas
que quién me creo 
qué poder me atribuí
lo sé, tus palabras no me son ajenas
también intentaron herirme
lamentablemente sólo te extraño
no se si a vos, a tu sonrisa, a tu mirada, a tus partes inconclusas
a tu enojo
al mío tan a gusto con vos 
lo se, no hay forma
y si la hubiera estamos demasiado cansadas
demasiado viejas
demasiado heridas
como para surcar una huella dónde se haga posible
que esas confesiones no sean el preludio de un desaire
tal vez, me quedé con ganas de una siesta abrazadas
eso sí, ese fue mi mayor fracaso
no  haberte podido pedir, una siesta abrazadas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario