martes

Arde de dolor

Reboto entre paredes húmedas, pegajosas.
Verdes casi marrones, con intrépidos animalejos que se entremezclan con el moho.
Los huelo enviciada. 
Me dan asco, pero son mis animalejos.
Fantasmas? No, realidades en sueños despierta.
Reboto y en cada golpe mi cuero se vuelve más débil, el calor del rozamiento empezó a quemar la ulcerada piel.
Arde el dolor y se vuelve conocido.
Los animalejos entran po
r mis ojos.
Toman la lengua a latigazos.
Despotizan mi respirar cansado.
Bebo sin freno para sacar el hedor de sus asentamientos, han creado una aleda en cada sector de mi cuerpo.
No logro barrerlos, quitarlos, matarlos.
Me habitan, me pudren mientras procrean y se multiplican en la tibia sangre de mi cuerpo que por momentos,
arde de dolor

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