viernes

Caminaba aplastando las hojas crujientes que se despedían de los árboles. Soplando en cada paso un pensamiento confuso que lo llevaba a triplicar la velocidad del corazón al latir.
Sintió miedo y un tornado dentro de su cuerpo queriendo salir de las prisiones, de la inamovilidad.
El desapego cala hondo y los huesos dejan de ser estructura. 
Desorden interno.
De repente el ser se divorcia del cuerpo controversialmente y ya no pueden compartir el recinto.

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