Hagamos un ejercicio. Si decimos pueblo, ¿cuáles son las primeras imágenes que se les vienen a la cabeza. ¿Y si decimos popular?
Bien, no sabemos cuáles son sus imágenes iniciales pero consideramos que la educación popular siempre queda restringida al sector de la sociedad que no consigue cumplimentar con la escolaridad oficial. Y no lo logra por diferentes motivos, algunos de ellos los explicamos en otro derrotero de palabras. (link otro texto)
Ahora. La Educación Popular, como concepto, puede ser considerada una polìtica compensatoria o como fundamento filosófico-metodológico, es decir como praxis de la educación comunitaria.
Pensemos en la primera opción.
Las políticas compensatorias, son instrumento predilecto de las políticas neoliberales para mantener el derrame de pobreza dentro de estándares de supervivencia, como exponente de los peligros de ser disidente y como escaparate del ejército de reserva de trabajadores para coser bocas y atar manos de trabajadores asalariados precarizados y en constante estado de pauperizaciòn laboral.
Así, se les ofrecen a ciertos sectores de la sociedad diferentes placebos. Casi todos instaurados desde el Estado Nacional como migaja de protección acallante. Muchas veces, asociadas con un clientelismo político de sometimiento de voluntades. Otras veces, simplemente el Estado se corre, deja actuar a las Organizaciones no gubernamentales, agrupaciones sociales, vecinales, etc, las deja hacerse cargo de cuestiones de las que el Estado decide no participar pero sí beneficiarse. Así, mientras muchas personas se arremangan y van a escuelas inventadas en galpones y fábricas a enseñar ad honorem para que adolescentes y adultos consigan su título de secundario, el Estado logra tener más y más trabajadores y ciudadanos, logra que sus tazas de estudiantes suban, logra que esas personas estén estudiando y así mejoren su calidad de vida, logra que la docencia sea ejercida como un voluntariado. Todo, sin poner un peso. Todo, imponiendo sus lógicas, currículas y sobre todo, su habilitación estimante. Se otorgan títulos oficiales. A costo cero para el Estado.
Por otro lado, desde la segunda postura, podemos pensar a la educación popular como una metodologìa de acción y un posicionamiento filosófico acerca de quién es el sujeto de nuestra educación, los fundamentos de emprender una educación específica y general, los objetivos de ella.
La educación popular, entendida desde esta segunda posición, fundamenta el proyecto educativo en una comunidad específica, ya no en una escuela, sino en el espacio que sea necesario para esa comunidad e referencia. SIn dejar por fuera la posibilidad de escolarización pero sí descentrando a la escuela y desnaturalizando la utilización sinónima de educación-escuela.