Intento disimular
mi corazón, que salió de reparaciones después de tanto tiempo acallado.
Hoy me
reclama valiente
Ansiedades
que sobran
encriptadas
en el medio de una vertiente desordenada,
miedos que
toman el bastón de mando para refugiarse en desiertos desolados
de una muerte
anunciada.
Alzo la voz
interior
me obligo a
dudar.
Callo
detenida cuando las palabras suspicaces viajan contra el viento feroz de esos
temores y logro retenerlas en la punta de mi lengua.
Afloran sólo
aquellas que me esconden perturbando los momentos.
Ruidos
Murmullo
constante entre caminos alternativos
Filtraciones.
Siento el
sonido constante de una gotera que cae del techo impertinente.
Marcando el
pulso.
Una noche divagamos
entre armonías que aseguraron el placer.
Escondiendo
inútilmente sentimientos que se evidencian con mis besos.
Devengo
cuidadora de tu cuerpo haciendo cuerpo, de tu mente que se encarcela.
Tal vez
allí reside tu miedo.
El que mide,
critica y solicita respuestas ante demandas inocuas.
El que me
abraza con una sonrisa mientras desea mi cuerpo que con tu cercanía se vuelve
arena cual mediodía de un enero.
No alcanza
Sin salida,
aparecen las listas que me esconden
se me
imponen.
El reverso
de un amor desapegado que caló hondo en las barreras llenándolas con arcilla
pesada, áspera y pegajosa.
Intento
disimular mis miedos
Me verás
más allá de las distancias que emergen de mis palabras algún día
No se si
será oportuno o tarde, quizás mis engaños te distraigan tanto dejándome escapar
a tiempo para que tarde ya no sea
sorteable.
Esta vez,
una más me aventuro.
Quizás no
sea una más…
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