Corrí, me
escapé de tu mundo.
Sin
embargo, dicen que “el infierno es encantador” y nunca uno lo deja totalmente.
Carga con
esa mezcla de placer y muerte hasta el fin de los días.
Cursilerías,
siempre pensé que eran simples palabras rimbombantes que provocan miedos para
no entrar en el juego, en un principio.
Para que
evites salir, después.
Pero de
esas adicciones no se sale, de ninguna, no?
Estoy tan
abrumada por tu maldito e incomparable nombre.
Podrías
llamarte simple, pero no.
Eso ni tu
nombre lo permite.
He decido a
encolumnarme y execrarte.
Nunca
volveré, pero suena el teléfono y me tiembla el corazón.
El corazón,
conecta mirada y memoria al ver tu nombre en el teléfono y tiembla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario