Ya molesta el saber que desaparece el deseo de encontrarte.
Cuántos días pasan hasta que la estabilidad se vuelve costumbre?
Esta vez duró un poco más.
Presagio quizás de que estoy pudiendo tomar la idea de compartir.
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No alcanza de todas maneras,
no importa el llenarse.
Sólo me bastaría con desear.
Y es fácil pasarte para el lugar de la amistad.
Divina, problemática. Compañera.
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Unos besos entre charlas,
hitos fundantes que perpetúan la noción no-amistad
Sin embargo, la realidad es que ya no elijo otra opción.
Me gustaría que provoques otras cosas,
esas que aún en los primeros encuentros no provocaste vos sino tu género.
Me gustaría que aunque sea la distancia que nos impusiste llegara a molestarme tanto
como para encapricharme,
para obsesionarme, pero no.
Sólo me aleja, perdí la conexión.
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Encerrada en máscaras líquidas mi soneto suena acorde.
Canción desesperada que ya no es de cuna,
ni acuña amores y llantos.
Recoveco del corazón.
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Salida aireosa, salida espumante y vacía.
Así me resulta conocido,
así puedo reflejarme en mi pasado,
así me preparo para un próximo encuentro.
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No destello.
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