lunes

Elástico

Mientras añoraba el respiro profundo, te vi.
Sentí la confirmación como una sonrisa de aceptación. La mía

Condimentaste mi descubrir con el tan deseado: No
Con la dificultad de la conquista.
Aderezos que enriquecen cualquier comida.
Quería probarte, se hizo real.

No hay nada más que eso que no se explica.
Ya no busco explicarlo. Es.
Todo difícil, menos perderme cuando te miro.
Todo desaliento, salvo tu gracia.

Mis límites corrieron, se fueron corriendo y salieron segundos en la maratón del delirio.
Segundos, porque nunca son totalmente libres.
Los retengo con un elástico que los retorna.
Miedos apoderándose del razonar.

Sin embargo, mis dedos a veces toman vida propia,
esa que les regalé aquel diciembre
y envían mensajes que te incomodan.
Para mí son claros, para vos no.

Me costó
y parece que no te cuesta. ¿Te creo?
No se si no te cuesta, sólo es un parecer.
Quiero creerte y avanzar, pero no tengo idea hacia dónde.

No me importa, tengo quince años. Siento eso.
Mariposas inoportunas entre bolsas y remeras de fútbol.
Me voy.
Me río.
Vuelvo.

¿Por qué vos?
Alguien que nos conoce sin quererlo me lastima.
Son iguales, dice.
¿Otra vez buscando reflejos? Dudo. ¿Será eso?
No lo creo.
Tal vez nuestro relieve.
Paisaje erosionado por vientos, lluvias, soles y ríos.
Diferentes.

Te convencieron de no merecer mis elogios, miradas.
Resulta difícil expresarlos y me escondo entre falsas presunciones de comprensión,
entiendo los tiempos del otro sólo para no darle lugar
a los míos.

Tiempo, fuerza, energía.
Letras, palabras, conceptos.
Entidades inmateriales que me ayudan a escapar.

Mis límites vuelven, el elástico los retorna.
Golpean mis ojos.
Pestañas quebradas.
Se me ensucia la mirada.
Te pienso.
Vuela una mariposa.

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