lunes

Ring...Hola, si? Hola, llegó su gato

Dicen que a curiosidad mata al gato.
Creo que la curiosidad le hace la vida mas entretenida, mas amplia, mas profunda.
Dicen que hay que probar para saber.
Creo que uno sabe, pero no prueba para resguardarse.
Dicen que la curiosidad mata al gato.
Creo que la curiosidad la llevó a hacerse cargo de probar.

Por qué se muere el gato? Epistemofilia.
Saber, el deseo de conocer.
El deseo desarraigado de inmiscuirse en aquello desconocido pero tan cercano.
La proximidad de lo prohibitivo se le vino encima.
Tantas veces se lo preguntaron, ella nunca se lo interrogó.
Tanta imagen determinista, ella siempre lo desconoció.

Yo no.
Yo no, no digo nunca..pero la verdad, no.
Yo no, por ahora no.
Yo no, hoy no, pero uno nunca sabe.
Yo no, pero tal vez me gustaría saber.
Yo no, pero....
Yo, quiero saber.”

Ahí está...la epistemofilia.
Una de las mas lindas.

Y ahi estaba yo, con mis pupilas dilatadas. Con mi desafiante y risueño deseo.
Invitandola tranquila, segura de que “ella no”.
Lo que no sabía era que sus barreras se encontraban retraidas.
Ella tampoco lo sabía, pero las barreras de su mente se estaban por ir de viaje.
Hacían los trámites cada vez mas burocratizados, pero de todas maneras intentaban emprender el camino.
Sacaron el pasaje.
Fue a la terminal, no sabia si irse o no.
Tenia el pasaje disponible, abierto.

Luego, una tarde, fue a la mesita de luz a buscar no sabe todavía qué y vió a su pasaje ahi, esperandola.
Fue entonces cuando lo agarró y se lo puso en el bolsillo.
Pensó que no iba a hacer uso de él, pero llamó a un alma amiga y le pidió que la acompañe.
Iba a ver si viajaba a la noche.
Aunque no estaba decidida, clandestinamente se preparó para ello. Sus barreras le habían jugado una trampa.

Qué me pongo? Qué me saco?
Se sacó unos centimetros de pelo y con ellos las barreras comenzaron su viaje.

Llegó su gato.

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