lunes

Durmientes inquietos

Si me lo hubiera propuesto no sería lo mismo
Seguro no había efecto.
De todos modos, rara vez el resultado me libera de la propuesta.
Sigo planteando desajustes.

No es que la vertiente desordenada se vuelva necesaria, sólo que la costumbre ha armado sus rieles y por ahí anda alineada entre durmientes inquietos que se enroscan al prever la llegada. 

Existen dos planos.
El imaginario y el actuario, que no es ni el de la acción ni el actual.
Es actuario porque mezcla el escenario que diseño, las acciones cotidianas y las proyecciones que se disparan en el accionar.
El imaginario nada tiene que ver con lo ideal, lo esperado.
Es mi peor martirio.
Latigazos que por momentos dejo filtrar por mi cuerpo.

Voy disimulando mis daños con los disfraces de grandeza que me regalaron
Fueron tan usados que no tienen devolución.
Hoy están apilados entre la mugre.
El olor de mis manos me reclama que no los vuelva a usar.
Intento.

Si me lo hubiera propuesto no daba resultado.
Y por un momento te pensé, aparecés en cualquier lado
Nuevos durmientes que se mueven hacia el desorden actual
Y ahora me quedo en esta arena.
Tibia y dulce.

Suena “Naranjo en flor”, repaso.
Supe amar, supe sufrir, supe partir pero aún no puedo andar sin pensamiento.
¿Me detuve en el pasado?
No me acobardo, ¿seré pájaro con luz?
Sin rumbo determinado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario